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En la actualidad, nos enfadamos con bastante asiduidad, primero con nosotros mismos, lo que nos hace perder o bajar nuestra autoestima, y además con nuestros hijos. Estos 10 trucos para no enfadarme con mi hijo , te pueden valer también tenerlos para evitar el enfado con tus familiares y amigos. Descubre mi articulo con 7 pasos para desarrollar la autoestima con tu hijo.

Echando la culpa de lo que nos ocurre realmente a los demás de lo que nos ocurre realmente, dejando de lado nuestra parte de responsabilidad para solucionar el problema

Por lo cual, la primera acción que quiero que realices, es que empieces a observarte a ti mismo, como piensas, como actúas y cuales son tus comportamientos comunes cuando te ocurre el problema, y no puedes dejar de estar enfadado contigo mismo.

5 pasos de observación de tu enfado

  • Respirar profundamente las veces que sea necesario, te ayudará a relajar tus nervios, mantener tu calma y rebajar tu enfado.
  • Contar hasta 10, antes de contestar, es una técnica que te ayuda a parar, reflexionar para después actuar de una manera más correcta y sobre todo menos impulsiva, lo que nos hace arrepentirnos tras cometer la acción.
  • Si realmente estás enfadado, comienza a descansar. Mañana con más calma y tranquilidad podrás mirar si es un enfado real o es que no era para tanto.
  • Observa y reconduce tu enfado al reflexionar sobre ello. Sé consciente del enfado, reconoce tus reacciones físicas e intenta cambiar tu pensamiento.
  • ¿Por qué te estás enfadando? Analiza porque es el enfado, que es lo que te duele y porque te duele. Permite sentir todos tus sentimientos.

Tras este ejercicio de observación consciente, nos podremos dar cuenta, de realmente cómo actuamos ante nuestro enfado, para poder corregirlo y mejorar la relación primero contigo mismo, y después con tu hijo. A continuación, te voy a dar diez trucos para no enfadarme con tu hijo.

10 Trucos para no enfadarme con mi hijo

  • Ponte en su piel, empatiza con la otra persona. Intenta entender y comprender a tu adolescente. Es el momento de escuchar el otro punto de vista de tu hijo y que puedes aprender de esa situación que te ha surgido de forma negativa, para transformarlo en un aprendizaje positivo.
  • Elige tus límites de lo que te molesta realmente, necesitas aceptarlo y hacerle comprender que te ha molestado para que no lo vuelva hacer. Expresa tus límites y cuéntales a tus hijos, para que no les sobrepasen, porque has puesto estos límites a él, y cómo le va ayudar a tener éstos para mejorar la relación entre ambos y no enfadarme con mi hijo.
  • Cambia tus pensamientos y relativiza tu comportamiento, es tan grave que te tienes que enfadar por ello. Es momento de comprender porque te afecta, esta parte y ver si realmente es importante para ti o no.
  • Busca otra alternativa a enfadarte y gruñir por todo, qué intención positiva tiene la acción que te ha molestado. Tienes que buscar ese aprendizaje que necesitas adquirir ante esa molestia causada, porque te ayudará a solucionar y comprender porque te molesta tanto.
  • Habla despacio, con tranquilidad y tono bajo, no te alteres, respira y habla con el máximo cariño a tu adolescente, seguramente tu hijo es la persona más importante para ti, así que tenlo en cuenta y presente para favorecer esa comunicación con él.
  • Ten paciencia, escucha y díselo con cariño, es el resultado eficaz para enfadarse menos, así que aplica estos tres trucos para no enfadarme.
  • Acepta que no siempre llevas razón, pide perdón si te has equivocado, las cosas no son siempre como tú quieres. Todos nos equivocamos y cometemos errores en la vida, sobre todo los que actúan cada día. Acepta que las cosas pueden ser de otra manera y que tú puedes ser feliz igualmente.
  • Es importante conseguir una vida relajada y consciente para no enfadarte tanto. Puedes utilizar diferentes técnicas para ello, la que mejor se adapte a ti, prueba diferentes herramientas, como el yoga, el mindfulness y la meditación.
  • Reconocer que la vida es, algunas veces, bastante injusta y que, cuando ello ocurre, quienes producen nuestro enfado, simplemente, no tienen razón. Solo te queda aceptarlo, porque no puedes cambiar y si te enfadas, lo único que consigues es sentirte peor. No es todo negro o blanco, sino que hay una escala de grises que son las situaciones cotidianas.
  • Intenta recordar los buenos momentos y las buenas cosas que has compartido con esa persona con la que estás enfadado, enfocarnos en la parte positiva y lo que nos une, es fundamental para mejorar la relación tu hijo, amigo o persona con la que estabas enfadado, en vez de aumentar la distancia con la parte que nos separa o lo que nos enfada.

Tras analizar los pensamientos y cómo actuamos con nuestros hijos adolescentes y conseguir los diez trucos para no enfadarme con mi hijo, es el momento de ver qué síntomas tenemos para darnos cuenta del problema que tenemos dentro de nosotros, para comprenderlo y poder solucionar ese enfado.

Síntomas para no enfadarme con mi hijo

Estos comportamientos o erupciones explosivas nos ocurren de repente, sin ningún aviso previo de porque nos ocurre o con poca y ninguna advertencia, y suelen durar menos de 30 minutos.

Estos episodios pueden ocurrir con bastante frecuencia en un momento dado o estar separados por semanas o meses de que no se produzcan. Suele ser bastante probable que antes de los episodios de agresión física se produzcan primero los arrebatos verbales menos graves, dependiendo de nuestra tolerancia a ello, se irán incrementando hasta llegar a esa agresión que no queremos. 

Cuanto antes corte ese insulto o falta de respeto hacia ti, mejor vas a prever y evitar llegar a más o a la agresión física. Porque podemos que la situación perdure en el tiempo al tener nosotros una actitud de agresividad, enojado, irritable o que actúa de forma impulsiva al comportamiento de tu hijo.

Estos comportamientos agresivos pueden ir acompañado de estas emociones o comportamientos:

  • La emoción de la ira.
  • Tener comportamientos irritables.
  • Aumento de energía para actuar.
  • Tener pensamientos acelerados y tormentosos.
  • Notar cierto hormigueo en tu cuerpo.
  • Sufrir temblores, palpitaciones, tener una ligera opresión en el pecho e incluso cualquier alteración del cuerpo debido a la adrenalina.

Estos problemas de conducta, estos arrebatos verbales están un poco sobredimensionados y no pensamos en las posibles consecuencias, entre las cuales pueden suceder estos comportamientos en tu hijos:

  • Rabietas
  • Ataques incontrolables gobernados por los impulsos del adolescente
  • Discusiones acaloradas, que terminan en gritos y en la pérdida de autoridad del adulto, al ponerse a la altura del comportamiento negativo de tu hijo.

Por cada minuto de enojo, perdemos sesenta segundos de felicidad. 

Ralph W.Emerson

3 trucos extras para no enfadarme con mi hijo

  • No te lo tomes todo como una competición. La vida o sociedad está últimamente gobernada por el tu más, dónde se enfoca en aumentar ese enfado, echando la culpa a tu hijo o la otra persona, evitando la responsabilidad adulta y enfocándose en la continúa competición de que tienes que subir o aumentar tu nivel autoritario para ganar la batalla. 
  • Evita a la gente o situaciones tóxicas, como evitar hablar de fútbol, religión u otro tema dual de que estás a favor de algo o en contra. Para evitar estas conversaciones peligrosas, necesitas utilizar los gestos cariñosos, que es una gran técnica para controlar tu enfado, porque demostrar cariño a tu hijo, es una herramienta para conectar y unir la relación con tu adolescente o la persona con la que estás enfadada.
  • Necesitas utilizar esta tercera técnica para no enfadarme con mi hijo, que es la de escribir cómo te sientes. Puedes empezar a usarla, al principio o final de tu día, o ponte una alarma para escribir los pensamientos negativos que te han sucedido a largo del día y de tus emociones. Concretamente esta manera de apuntar lo que te sucede a lo largo del día, podemos llamarlo tu diario emocional.